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DESDE LA COCINA

Son tramposos y chapuceros, en el mejor de los casos.

En paises "serios" serian acusados de asociación de malechores. Por acción o por omisión.

Marcelo escribe en Republica

Curiosidad y cierto morbo ha despertado la publicación en las webs del Congreso y del Senado la lista completa del patrimonio de los parlamentarios españoles donde, a pesar de la expectación despertada, no hubo sobresaltos ni aparecieron millonarios aunque alguno pasara la barrera del millón en fondos y viviendas como Rubalcaba, Bono o Fraga. Mas bien al contrario la mayoría de parlamentarios españoles están tiesos o entrampados aunque alguno habrá medio camuflado por una separación de bienes o por unas pantallas de amigos o "socios" discretos y puede que hasta existan listos y golfos que tengas un capitalito oculto en los paraísos fiscales –hubo casos probados- donde seguro está la gran mayoría de la nomenclatura de los verdaderos ricos españoles.

Esos millonetis a los que quiere subir los impuestos este gran converso a la dialéctica florida y modales exquisitos que ahora parece ser Rubalcaba como si se hubiera bebido una pócima de Merlín para transformarse en Robin Hood, el más bueno de los ladrones que le quita a los ricos lo que luego le da a los pobres, o que promete que les quiere dar si gana las elecciones lo que al día de hoy es imposible de imaginar. Es decir Rubalcaba, que sí tiene un kilo en el banco, algunas propiedades y un Ford fiesta rojo y lleno de bollos con el que el "pobrecito" –que lleva cerca de 30 años sin bajarse de un coche oficial- se nos presentó un día con cara de perroflauta en un acto pre electoral.

No nos equivoquemos ni entremos en demagogia barata sobre la presunta "dolce vita" de la tan denostada clase política española. Tienen un sueldo razonable, mas bien bajo, pero suficiente porque la media de todos ellos carece del nivel adecuado u óptimo para el ejercicio del gobierno, o para legislar y deberían de cobrar más siempre y cuando acreditaran una experiencia y conocimientos importantes para gestionar bien y solucionar todos los problemas de la nación que son muchos.

Pero qué ocurre. Pues que los posibles buenos gobernantes e incluso los presuntos excelentes legisladores prefieren trabajar en la empresa privada donde pagan mas, tienen autonomía y capacidad de iniciativa y no están sometidos al "mandato imperativo" –por cierto inconstitucional- que les imponen sus partidos para votar esto y aquello porque si no lo hacen los borran de las listas electorales cerradas. Y no podemos imaginar que un profesional o un creador, o pensador de prestigio se avenga a tragarse los sapos de la política y a votar, manu militari, lo que mande su patrón como acabamos de ver en la reforma constitucional que nos han impuesto esa extraña pareja de hecho que son mamá Merkel y papá Sarkozy.

O sea que desilusión general a la vista del patrimonio de los diputados y senadores. Ni mansiones de lujo, yates, aviones privados, coches de alta gama, chalet en el Caribe o portentosos fondos de inversión y reservas en divisas y oro. Eso es lo que tienen los super ricos del país que son insaciables y para colmo van llorando por los despachos de los ministros, a ver si les dan una obrita en Fomento para su constructora, o si les arreglan una OPA eléctrica, o les bajan el cuero capital de los bancos, o el fiscal se porta bien porque tienen un pequeño conflicto con Hacienda, o se le compra a esa empresa de armamento unos buques que valen un Congo para la armada nacional.

Como la mujer del César la honradez política ha de serlo y parecerlo, y no sólo en lo personal sino y sobre todo en la gestión de la cosa y el erario público. Y sin hacer favores, discriminación o regalos a esos ricachones que los podrían colocar cuando ellos salgan de la política. Con un consejo de administración por aquí, un hijo o sobrino colocado por allá, un pisito a mitad de precio y un viajecito a las islas Seychelles a ser posible gratis total. Cuidado pues no solo con el patrimonio y los haberes de los políticos sino con los favores a cobrar a medio plazo porque ahí podría estar una parte del truco que no se ve en el listado que se acaba de publicar.

Fijense donde terminan cuando dejan La Sastreria (Congreso y Senado).

No hacen leyes, hacen trajes a medida. A la suya o a la de "florentinos y fefes".

Angel Velazquez

esmarconi@hotmail.es