DESDE LA COCINA
Erase una vez, una familia feliz que vivia en el campo. ¡¡¡No urbanización No!!!, en el campo campo. No les faltaba nada, aunque tampoco les sobraba.
El matrimonio y sus dos hijos, vivian de lo que el padre, ganaba como escritor.
No tenian deudas, la casa la fueron construyendo con el paso del tiempo.
Cierto dia, apareció en su propiedad un vendedor de talante, su nombre y apellidos, zapatero.
Le invitaron a pasar y le ofrecieron un café. Este personaje ademas de humo, vendia armas al enemigo.
Hablando, hablando, el estraperlista les convenció para que le compraran una hipoteca. La cantidad de cosas que podrian comprar con ese dinero, que un banco te prestaba, a un interes desinteresado. Como garantia la casa.
Lo que no se podia negar al vendedor de talante, era su facil verborrea.
La familia feliz, firmó la hipoteca, ciento cincuenta mil euros a pagar en 20 años."Solo" por 600.-€ al mes.
Se compraron un coche nuevo, televisiones de plasma, un microondas y ya puestos, viajaron a la Rivera Maya.
Poco a poco, el dinero se fué gastando.
El Euroibor se disparó y la hipoteca subió de 600.- a 1.000.-€.
Los impuestos subian y subian. Un mal dia, despidieron de su trabajo al padre de familia. El dinero del paro les permitia subsistir, pero tambien se acabó.
Las cuotas de la hipoteca se dejaron de pagar. El banco del interes desinteresado, les embargó la casa. Esta familia, feliz antes de que el vendedor de humo pasara por su casa, tuvo que emigrar.
Eligieron, como pais de destino, Libia. Despues de unos años de duro trabajo, empezaron a levantar cabeza.
Un fin de semana, cuando estaban preparando la barbacoa, escucharon unas explosiones, con tan "buena suerte" que un pepino, de los que el vendedor de talante colocaba al enemigo, destruyó su casa.
La familia, que un dia fue...etc, decidió emigrar esta vez a Nueva Zelanda.
Habia que huir, donde el vendedor de humo, no los pudiera encontrar.
Ir a la guerra con pepiño y zapatero da vertigo. Menos mal que vamos en son de paz.
Que no coño, que no. Con zapatero ni a cobrar una herencia.
Por cierto, quien cobra las comisiones de la venta de armas a Tunez, Egipto, Marruecos, Libia...
MARCONI
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